La Agencia Tributaria ha encontrado un nuevo nicho donde escarbar y recaudar.
Han puesto en cuestión las donaciones a los colegios concertados por considerar que no siempre responden a una liberalidad y porque suelen tener alguna contraprestación, bien como matrícula, bien como actividad extraescolar o bien como cualquiera otro servicio escolar.
El problema viene porque estas donaciones son declaradas como tales por los centros educativos y aparecen automáticamente en el borrador de la declaración que es aceptado por el contribuyente.
Hacienda ha dicho que no está realizando una campaña especial sobre estas donaciones, pero lo cierto es que están llegando a las asesorías paralelas del IRPF cuestionando este asunto. Al final se tratará de probar que no ha habido contraprestación para evitar estas liquidaciones y sus correspondientes sanciones.